Real Madrid-Bayern de Munich: El fútbol se controla en el medio campo

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La gente salía fastidiada del campo; pero no rabiosa, con tristeza pero sin sensación de injusticia.

El Madrid es el mejor en partidos a la desesperada, cuando hay que remontar, cuando se está complicando la vida: la manada de ñus, heridos, arrasan con todo, no dejan nada vivo por donde pasan...
Las vueltas de todas las Copas en el Camp Nou, después de que el Atleti le empata, después de que el Barça le empata, el inicio del partido ayer…

Ayer: vuelta de semifinales de Copa de Europa. El Madrid empieza con la eliminatoria perdida, no se puede re-perder, sólo puede ganar… La manada de ñus, da igual lo que pase atrás, encolerizados, y en 14 minutos eliminatoria a favor. No sólo a favor, sino que se consigue el colchón que permite que un gol en contra no te mate.

Toca controlar el partido. ¡Y el equipo que aspira a ser el mejor del mundo no lo sabe hacer! Le sobran esos 75 minutos, no sabe qué hacer con la pelota y tampoco decide cerrarlo. No sabe dormir el partido, no "quiere" matar el partido.

¿Es un tema de actitud? Algo hay, es la forma de jugar de todos (menos Alonso), pero sobre todo es el 4-2-4. Esos números sólo valen para “partidos rotos”, esos en los que el Madrid es el rey. En estas páginas alguien me comentaba ayer “los partidos se ganan en las áreas, y al Barça le sobran”. Es verdad, pero se dominan en el centro del campo, y al Madrid le sobra.

Seguro que ya lo ha dicho antes alguien, pero no aspiro a ser Helenio Herrera o Bill Shankly, creadores de grandes “frases célebres” en el fútbol: El fútbol se gana en las áreas, pero se dominan en el centro.

El Bayern empató en el 27 (aunque se mereció hacerlo antes) tras uno de esos penalties instintivos que hacen los defensas cuando llegan a los balones cruzados; es inercia pura, aunque quizás el 9 rival tampoco llegue a esa pelota. Casillas casi lo para.

Y el Bayern decide dormir el partido y él sí que sabe
, con un Kross, como dueño del campo, asociándose con todos, “el amigo de todos”, Luiz Gustavo de escoba, ayudado con un arbitraje europeo en el que nunca aparece la página del reglamento que habla de la amonestación por reiteración de faltas, y Robben muy activo, por todo el campo (el “tres cuarto de campo”, las posiciones de mediapunta).

Algo más distorsiona la segunda parte del partido: los dos equipos tienen mucho miedo a encajar otro gol. Más lógico por parte del Madrid (y esta es la única concesión/justificación que les estoy dando a los blancos) porque un gol contrario tenía “peso doble”, y el Bayern asustado de quedarse desprotegido y que la manada de ñus le volviese a arrasar la cueva y le destrozara lo obtenido.

El Madrid tarda demasiado en decidir que hay que poblar más la zona media: Kaká por Di Maria (hecho “unos auténticos zorros”) que le da más salida en su primer toque pero intrascendencia en el último, siempre le sobró el último regate o le faltó dar el pase antes. ¡Granero por Özil en el minuto 120!

No hay casi ocasiones en la segunda parte, alguna más del Bayern, con un buen Mario Gómez malísimo definiendo. No sólo alguna ocasión más sino más claras.

En la prórroga controla el Madrid… ¿O sea que era más un tema de tener jugadores en el medio que de calidad de la plantilla? Un poco tarde para darse cuenta…

Fueron sus únicos quince minutos de dominio, junto con los quince de “la remontada” de Munich, y los quince iniciales de la manada de ñus. El Bayern fue justo vencedor.

Por eso, la gente salía fastidiada del campo; pero no rabiosa, con tristeza pero sin sensación de injusticia. Y es una pena, porque la Décima estaba cerca...

Escrito por: Carlos López Vivas.