6 de febrero de 2011

El Madrid y el Barcelona golean. Cristiano y Messi se pican

Fútbol - Actualidad

El Barça no cede terreno y ayer lo demostró venciendo con claridad por 3 a 0 al Atlético de Madrid. Una victoria histórica ya que fue la 16º seguida en Liga, superando así el récord de las 15 conseguidas por el Real Madrid de Di Stéfano en la temporada 60-61. ¡Ah! Y Lionel Messi consiguió un Hat-trick , ...aunque esto ya no sé si es noticia ya..

Al ritmo de Messi, bate todos los récords el Barcelona. Nada tuvo que decir anoche el Atlético, un equipo imprevisible, capaz de protagonizar el mayor de los ridículos o también la gesta más grandilocuente, generalmente un aguafiestas para la hinchada del Camp Nou. No respetó ni siquiera la fiesta del centenario azulgrana. Nada pudo hacer en cambio frente a Messi, figura indiscutible de la jornada, más agrandado que nunca, decisivo al principio y al final del choque, autor del cuarto triplete del curso. La Pulga no parece tener límites, y menos cuando enfrente tiene al Kun Agüero y al Atlético.



El partido duró un cuarto de hora, el tiempo que tardó Messi en vencer a De Gea, abatido por el gatillo de La Pulga y al mismo tiempo abandonado por su propio equipo, que cedió la pelota y el campo al Barcelona, nada nuevo por otra parte en el Camp Nou. Los muchachos de Quique Sánchez Flores se recogieron en su cancha, procuraron alargar el campo con Agüero, más protagonista que nunca por la suplencia de Forlán.

Quedó satisfecho el Atlético de su cuarto de hora inicial, más que nada porque pareció que al Barça le costaba empezar el partido y durante un rato jugó al pie, más lento que rápido, tan tensionado como impreciso, entregado al mundo infantil de Messi. La Pulga percibió de inmediato que el encuentro se había convertido en una cuestión personal, sobre todo porque Luis Felipe tapaba a Alves y por el otro costado no llegaba Mawxell. Y Así que La Pulga tomó la pelota, cambió hasta dos y tres veces de ritmo, eliminó a Filipe Luis, Assunção y Ujfalusi y una vez llegado al balcón del área cruzó el balón a la red del Atlético.

Messi repitió 11 minutos más tarde para resolver la contienda, ya con el equipo enchufado al completo, después de una jugada tan elaborada como afortunada por los rebotes. Messi giró el tobillo como la muñeca, imposible para el portero. Alcanzada la media hora y con dos goles a cuestas, el Atlético se liberó hasta el punto de reclamar un gol a la salida de una falta que el árbitro anuló por no haber autorizado el lanzamiento. Los atléticos buscaron en las jugadas episódicas un remedio para responder al mejor fútbol de los barcelonistas, más desequilibrantes y profundos.

El diálogo Agüero-Messi animó el segundo tiempo del partido, que resultó más desordenado que de costumbre, más a gusto del Atlético que el Barcelona. La última palabra la tuvo naturalmente Messi, que metió el tercer tanto en un remate sencillo. Los tres goles de La Pulga fueron diferentes, prueba inequívoca de su gran repertorio.

Aunque el juego alborotado del Atlético provocó un partido confuso para el Barcelona, fue a la larga el mejor marco para la expresividad de Messi. La Pulga tenía que ser necesariamente la figura del partido en el que el Barcelona arrebataba el récord de victorias consecutivas del Madrid de Di Stéfano. Nada tenía más sentido en una noche gloriosa para un Barça glorioso frente a un depresivo Atlético. Tres goles parece la diferencia lógica entre dos equipos con trayectorias opuestas.

Esta tarde, su eterno rival entraba en escena para medirse a la Real Sociedad sabiendo que, con 10 puntos ya de diferencia, un tropiezo ante los donostiarras ya sí podríamos haber dicho que esta liga está más que finiquitada. Más aún.

El Real Madrid se regaló una victoria fácil, un lujo que no se daba desde hace semanas. Mourinho revolucionó el once y, esa vez, el experimento salió a la perfección: Kaká, una de las novedades, abrió el marcador y lo cerró Adebayor, que dejó en el banco a Benzema. Entre el suelo y el cielo, Cristiano volvió a aportar la mampostería. Dos goles el día después de su 26ª cumpleaños, adiós a la falta de puntería y el Madrid que sigue ahí. Cumpliendo, a la espera de tiempos mejores.


Quizá aliviado tras echar un vistazo por el calendario de febrero, el Madrid comenzó el partido con una suficiencia que se echaba de menos en el Bernabéu. La afición madridista llevaba un tiempo sufriendo viendo cómo los suyos penaban para sacar los partidos de casa, pero esta vez no hubo caso. En 20 minutos, el asunto estaba resuelto. Por ese lado, recordó a un partido del Barça.

Mourinho se la jugó a las rotaciones y esta vez -a diferencia del día del Mallorca, sin ir más lejos-, le salió todo de cara.

A esas alturas, el partido estaba resuelto. El Bernabéu sólo tembló cuando, tras un error de Casillas en una salida, el meta reaccionó a tiempo para tapar el remate de Tamudo. Por lo demás, apenas hubo rastro de la Real atrevida y valiente de la primera vuelta. Alonso y Lass ganaron con sorprendente claridad el centro del campo y a los mejores jugadores donostiarras -en especial a Xabi Prieto- les faltó decisión.

Junto a las caras nuevas y la contundencia de Cristiano, como siempre, Mesut Özil, que volvió a tejer con sutileza el juego de ataque de su equipo. El alemán no marcó, pero botó un córner de manual que hizo aún más letal un gran cabezazo de Ronaldo. 3-0. minuto 41.

Y claro, Adebayor. El africano fue titular, quizá porque Mourinho quiso probar con un '9' más académico, quizá porque, simplemente, lo prefiere a Benzema. 'Manu' correspondió. Estuvo intenso y participativo, mostrando facilidad para asociarse, buena lectura para caer a banda -asistencia a Kaká, que la estrelló en el travesaño-, y el olfato que exige Mou: segundo partido, segundo gol, para sentenciar a una Real que, de regreso a casa, contará que Iker le sacó tres goles cantados a Tamudo pero que su diana la hizo un madridista, Arbeloa.

Cristiano, que llevaba cuatro partidos sin marcar, tenía desde el primer minuto la portería entre ceja y ceja. Incluso más que de costumbre. El portugués es aún más vertical cuando Messi se lleva los focos. Disparó hasta en once ocasiones en la primera parte, y embocó dos, lo que le vale para recuperar el ‘pichichi’. Hizo el segundo rematando raso desde la frontal. Y el tercero cabeceando, con un gesto muy plástico, un córner lanzado por Özil. Era un torbellino el Real Madrid.

El Real Madrid se fue al descanso con más del 60% de posesión. El 3-0 y el cansancio acumulado provocaron que el Madrid bajara unas cuantas marchas en la segunda parte. Turno para el descanso de Kaká, Carvalho y Özil, y para que Canales volviera al césped del Bernabéu. El gol de Arbeloa en propia puerta parecía deslucir el resultado, pero Adebayor evitó que la afición blanca se fuera con un sabor amargo. Un premio merecido para el togolés, una sonrisa reconfortante para el madridismo.

Del resto de la jornada destaca la goleada del Getafe -equipo "montaña rusa"-,4 a 1 al irregular -tirando a malo- Deportivo; la del Athletic ante el Sporting (3-0) con unos espectáculares Toquero y Muniáin, el aburrídisimo derby andaluz, "con empate a gafas", entre el Sevilla y el Málaga; y la derrota inesperada del Villarreal ante el Levante -"montaña rusa bis"- por 0 a 1, con gol de Valdo.



Fuentes: Marca.com y ElMundo.es
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