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El Arsenal derrota al F.C. Barcelona por 2-1 (Van Persie, Arshavin, y Villa) en el pardido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones.
Seamos claros: por mucho buen juego que haya, por el espectáculo que pueda llegar a hacerse, acaban siendo los triunfos y las derrotas las que marcan a un equipo. Y Arsène Wenger lo sabe -aunque lo ha descubierto tarde-, uno de los grandes revolucionarios del género, que se ha sentido despreciado en los últimos años por llevar seis temporadas sin ganar un mísero título.
También Guardiola debió vivir ayer una sensación similar. El Barça tuvo momentos de gran juego en el Emirates. Se hartó de seducir, logró a ratos marear a un gran rival, pero fue incapaz de finalizar. Unas veces por el desacierto de Messi -que ha jugado siete veces en suelo inglés y nunca ha sido capaz de marcar-, y otras por las buenas coberturas que recibieron los centrales del Arsenal, que no eran nada del otro mundo, por parte de sus compañeros de la zaga.
Si el Arsenal se impuso, de manera justa -de "justicia, y de "por los pelos"-, fue gracias a su resistencia (Cesc corrió doce kilómetros y medio), al empuje de Wilshere (por momentos, un calco de Scholes), a la tremenda clase de sus hombres de ataque y a la fe infinita de un entrenador que se hartó a sacar delanteros al final (perfecto el papel de revulsivo de Arshavin) mientras Guardiola recurría a Keita y sacaba del partido a Villa, que ayer fue uno de los mejores. El técnico azulgrana, en el momento que debía seguir dando pasos hacia adelante, optó por recular. Una mala opción...
Guardiola se acordó en la rueda de prensa del árbitro, pensando quizá en el gol mal anulado a Messi, o en el claro penalti a Pedro. Pero mal haría el Barcelona en pensar que dejó escapar el choque por culpa del colegiado de turno, cuando él debe ser el único juez del partido.
De todos modos, ya lo dijo Wenger en su rueda de prensa, que de esto sabe un rato: "El Barça sigue siendo el favorito". Eso sí, ojalá Puyol esté ya recuperado y pueda suplir al sancionado Piqué.
El año pasado el Barça ya arrasó en la vuelta con ¡cuatro! goles de Messi (claro..¿quién, si no?). La eliminatoria está en el aíre...
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