España, en semifinales del Mundial de balonmano, luchará por las medallas 6 años después.
La selección española de balonmano cumplió en su trámite contra Hungría al ganar por 30-24 en otro repertorio de buen juego. Valero Rivera aprovechó la cita para dar descanso a los pesos pesados del equipo y los menos habituales también respondieron. El rival de España será Dinamarca, la única selección que ha ganado todo, pero no la única invicta. 'La Roja', al igual que Francia, también lo está.
El partido clave, en el que certificó su regreso a la elite con su clasificación para las semifinales del Campeonato del Mundo de Suecia, tras imponerse por 24-32 a Islandia, tras una exhibición defensiva en la primera parte. Consciente de que gran parte del juego ofensivo del equipo islandés recae en la conexión de los jugadores de primera línea, en especial el central Snorri Gudjonsson, con el pivote, el equipo español apostó de inicio por una defensa adelantada para dificultar el juego nórdico.
La selección española de balonmano cumplió en su trámite contra Hungría al ganar por 30-24 en otro repertorio de buen juego. Valero Rivera aprovechó la cita para dar descanso a los pesos pesados del equipo y los menos habituales también respondieron. El rival de España será Dinamarca, la única selección que ha ganado todo, pero no la única invicta. 'La Roja', al igual que Francia, también lo está.
El partido clave, en el que certificó su regreso a la elite con su clasificación para las semifinales del Campeonato del Mundo de Suecia, tras imponerse por 24-32 a Islandia, tras una exhibición defensiva en la primera parte. Consciente de que gran parte del juego ofensivo del equipo islandés recae en la conexión de los jugadores de primera línea, en especial el central Snorri Gudjonsson, con el pivote, el equipo español apostó de inicio por una defensa adelantada para dificultar el juego nórdico.
Una opción que no pudo salir mejor al conjunto español, como evidenció el hecho de que el pivote islandés Robert Gunnarsson, uno de los máximos goleadores del equipo nórdico, no lograse su primer tanto hasta el minuto 24 de la primera mitad. Todo un problema para el subcampeón olímpico, que pese a las dificultades para conectar con los seis metros, buscó una y otra vez el pase al pivote, una circunstancia que no desaprovechó España para robar el balón.
Robos que permitieron a la selección exhibir por primera vez en el campeonato su veloz juego de contraataque, con el extremo Juanín García, que cerró el primer tiempo con tres tantos, como punta de lanza.
Así, a la carrera el conjunto español fue abriendo una brecha cada más amplia en el marcador, hasta lograr una renta de siete goles (6-13), que dio a España la tranquilidad necesaria, para acabar, incluso, con las dudas que había mostrado hasta el momento en el ataque estático.
Surgieron, por fin, las penetraciones de Raúl Entrerríos, las fintas de Eduardo Gurbindo, espectacular en la primera mitad, o las conexiones con el eficaz Julen Aguinagalde, infalible desde los seis metros. Una fiesta a la que no quiso faltar el portero Arpad Sterbik, que cerró los primero treinta minutos con un cuarenta y cuatro por ciento de paradas, que permitieron llegar al descanso a los de Valero Rivera con contundente (10-20) en el marcador.
Renta que relajó un tanto al equipo español en la segunda mitad, en la que pese a no ver nunca en peligro la victoria, España concedió más facilidades en defensa a un equipo islandés que no desperdició la oportunidad para reducir la brecha a la mitad (20-25).
Sterbik se encargó, sin embargo, de acabar con esos apuros, con dos paradas consecutivas, una de ellas espectacular a un lanzamiento desde el pivote, que sirvió de detonante para la reacción del equipo español.
Una selección que no desaprovechó el carrusel de exclusiones en los que se convirtieron los últimos minutos del encuentro para elevar nuevamente su renta a ocho tantos (24-32), que certifican la presencia de España en la lucha por las medallas seis años después de proclamarse campeona del Mundo en Túnez en 2005.
Fuente: EFE.